Naomi entreating Ruth and Orpah to return to the land of Moab, 1795, William Blake
El cuadro expuesto lo pintó William Blake
en 1795 y pertenece al movimiento del Neoclasicismo. Su título orginal es Naomi entreating Ruth and Orpah to
return to the land of Moab que
en español sería: Noemí suplicando a Rut y a Orfa que volvieran a la
tierra de Moab.
El libro de Rut nos cuenta como, unos cien mil años antes
de Cristo, una mujer con un gran corazón supo adaptarse al pueblo de Israel.
Durante una etapa de hambruna, Elimélec,
un israelita de Belén de Judá tuvo que marcharse a los campos de Moab, situados
al otro lado del Mar Muerto. Le acompañó su mujer Noemí, quien tuvo dos hijos.
Tras la muerte de Elimélec sus dos hijos se casaron con dos mujeres de allí,
Orfa y Rut. Pasaron 10 años y la familia de Noemí murió. Su única compañía era
la de sus dos nueras. El hambre había acabado en Belén y Noemí se disponía a
volver sola a su pueblo, pidiéndoles antes a sus dos nueras que regresaran con
sus respectivas familias y vivieran felices. Orfa volvió con su familia, sin
embargo, Rut le fue fiel negándose a dejarla sola y le dijo "tu pueblo
será mi pueblo y tu Dios será mi Dios". Noemí, agradecida y emocionada por
la bondad de Rut, la abrazó con fuerza.
Rut trabajaba duro día a día desgranando
la cebada y recogiéndola en el campo de Booz para cubrir sus necesidades y las
de Noemí. Booz era pariente del difunto marido de Noemí. Rut resaltó en varias
ocasiones lo amable que era Booz con ella proporcionándole unas buenas
condiciones de trabajo y preocupándose por ella. Tras un tiempo, Boaz se casó
con Rut y, como dice el relato bíblico, “Jehová le concedió a ella concebir, y
ella dio a luz un hijo”. Boaz cedió a casarse con ella porque además de que se
sentía atraído por la moabita, quería que el nombre del muerto, Elimélec, se
levantara sobre su herencia. Su hijo se llamó Obed y fue criado y querido
también por Noemí, que lo quiso como si fuera su propio hijo. Éste más tarde
sería abuelo del rey David. De esta manera, Rut entró a formar parte del pueblo
judío pese a no ser hija de madre judía.
Rut dejó su tierra, su familia y su Dios
por fidelidad al Dios de su marido, el cual la acogió en sus brazos por sus
constantes muestras de humildad, fidelidad y caridad a lo largo del libro. Es
por esto por lo que Dios la premia convirtiéndola en una de las mujeres que
marcaron la salvación de los judíos y de los cristianos, ya que su hijo Obed
fue el abuelo del rey David y de la descendencia de David, siglos después,
nació Jesucristo nuestro Salvador.